Mladen Adamovic, King’s College London
La Eurocopa de fútbol es una oportunidad para que las selecciones nacionales demuestren la importancia del liderazgo y el trabajo en equipo en su búsqueda del éxito. En el campo de juego se manejan conceptos como la confianza, la armonía y el empoderamiento.
Pero ¿de qué dependen los resultados? He aquí cinco teorías sobre la formación de equipos que podrían dar pistas sobre quién triunfará finalmente.
1. Las estrellas
Una teoría muy arraigada sobre el trabajo en equipo es lo que se conoce como “efecto Köhler”, que describe la tendencia de los miembros de un equipo a rendir al nivel medio del grupo. Esto significa que los que rinden menos están motivados para mejorar, pero también que los mejores pueden acabar jugando peor.
Para contrarrestar este efecto, es crucial mantener el nivel, y la responsabilidad de ello recae a menudo en las grandes estrellas. Jugadores como Cristiano Ronaldo (Portugal), Kevin De Bruyne (Bélgica), Kylian Mbappé (Francia) y Harry Kane (Inglaterra) no deben adaptarse al nivel medio del equipo, sino motivar a sus compañeros para que alcancen cotas más altas.
Las figuras de los equipos no sólo deben centrarse en sus propias actuaciones, sino ser mentores de sus compañeros menos experimentados, sobre todo cuando las cosas se ponen difíciles.
2. Potenciar a los jugadores
Otro concepto a tener en cuenta es el “efecto Ringelmann”, basado en un experimento de tira y afloja realizado en 1927. Éste demostró que añadir más participantes a un equipo acababa reduciendo los niveles de esfuerzo individual, debido a la disminución de la responsabilidad y la visibilidad.
Este es un riesgo potencial para los equipos de fútbol, donde a veces se acusa a los jugadores de “esconderse” –o de no estar presentes– durante los partidos. En cambio, los entrenadores pueden tratar de dar poder a sus jugadores y darles un fuerte sentido de la responsabilidad.
Como explicó Gareth Southgate, seleccionador de Inglaterra:
“Me gusta que los jugadores tengan responsabilidad, que piensen en lo que les pedimos que hagan, que opinen sobre la manera en que les pedimos que jueguen y entrenen.”
El objetivo aquí es desarrollar la capacidad de liderazgo de los jugadores para que se hagan cargo de sus propias decisiones y de su desarrollo personal.
3. Confianza
La investigación ha identificado la confianza como un elemento clave del rendimiento de un equipo. Cuando el líder y los demás miembros confían en las habilidades y capacidades de los demás, aumentan la confianza y la cooperación, así como el rendimiento colectivo.
En el mundo del fútbol, Ronaldo y Mbappé han destacado individualmente y han demostrado una gran confianza en sus propias habilidades. Sin embargo, se puede afirmar que solo alcanzaron el éxito con la selección cuando empezaron a confiar en compañeros como el portugués Éder, que metió el gol decisivo en la final de la Eurocopa 2016, y Olivier Giroud, que ha marcado varios goles cruciales para Francia.
Cuando los entrenadores y los mejores jugadores creen en sus compañeros, la confianza de los miembros del equipo aumenta. Y corresponden a esta confianza con un mayor compromiso y motivación.
4. Valores
Una popular teoría de gestión sostiene que las decisiones y el comportamiento de los líderes deben basarse en sus valores personales para crear una cultura de equipo solidaria y motivadora. Una adaptación de este planteamiento antes de la Eurocopa 2020 vino de la mano del seleccionador de Dinamarca, Kasper Hjulmand, que entabló conversaciones en profundidad con unas 30 personas de diversos ámbitos, incluidos políticos, empresarios, artistas y deportistas. Hjulmand dijo que quería entender mejor los valores de la sociedad danesa, como la diversidad, la tolerancia y el respeto.
“Todo empieza por quiénes somos”, fue el punto de partida de Hjulmand cuando se convirtió en seleccionador de Dinamarca. Este planteamiento le ayudó a crear una filosofía futbolística que resultó especialmente útil durante la última Eurocopa, cuando uno de sus jugadores clave, Christian Eriksen, sufrió un ataque al corazón sobre el terreno de juego. Apoyarse en los valores compartidos y en el apoyo mutuo ayudó sin duda al equipo a sobrellevar esa impactante experiencia, e incluso a alcanzar las semifinales.
5. Enemigos y conflictos
Otro fenómeno de construcción de equipo se produce cuando los miembros de un grupo se unen contra un enemigo común. En el caso del fútbol internacional, pueden ser los expertos críticos o las interminables críticas en las redes sociales sobre la selección de jugadores y las tácticas. La investigación sugiere que a veces la crítica puede ser una fuerza unificadora, ya que los miembros del equipo forman vínculos más fuertes como reacción a esta negatividad externa.
Pero incluso los lazos más fuertes pueden romperse bajo una inmensa presión. Los equipos de bajo rendimiento suelen sufrir conflictos personales, lo que puede dar lugar a desacuerdos y a una cultura tóxica.
Los entrenadores de la Eurocopa 2024 se esforzarán por crear un buen ambiente en sus equipos, y por mantenerlo a medida que aumenten las expectativas. Sin embargo, para la mayoría de las selecciones y sus seguidores, el acontecimiento terminará en última instancia con cierto grado de decepción.
Y es entonces cuando los retos del liderazgo y la creación de equipos son quizás mayores: cuando los entrenadores y los jugadores intentan levantarse y mantener sus niveles de confianza y motivación, mientras comienzan el largo proceso de clasificación para el próximo gran campeonato internacional.
Mladen Adamovic, Senior Lecturer in Cross-Cultural Management, King’s College London
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.