La cercanía en el tiempo de ARCO Madrid –una de las principales ferias de arte del calendario mundial– suele ser el momento idóneo para analizar la situación del mercado del arte en España.
Puestos a responder a dicha pregunta, un dato suele repetirse en las sucesivas ediciones del Art Market Report publicado anualmente por Art Basel y UBS desde 2017: España representa el 1 % del mercado del arte global.
La cuota es baja, sí. Pero la realidad es que en 2023 únicamente seis países la superan: Estados Unidos (45 %), Reino Unido (18 %), China (17 %), Francia (7 %), Alemania (2 %) y Suiza (2 %). En otras palabras, España es la séptima potencia mundial (junto a Japón y Corea del Sur) y la cuarta en la Unión Europea en un mercado en el que tres países se reparten el 80 % del pastel.
La pregunta es: ¿podrá España mantener o incluso mejorar su actual cuota de mercado? ¿Qué se esconde tras esa séptima posición?
Solidez del sistema de galerías
Un primer motivo de optimismo para España es la estabilidad de sus galerías. Si la encuesta realizada en abril de 2020 por The Art Newspaper a galeristas de todo el mundo afirmaba que un 33,9 % no esperaba superar la pandemia, hoy podemos certificar que, en el caso español, la práctica totalidad de las galerías participantes en ARCO Madrid 2020 en los días previos al confinamiento siguen vivas: de las 63 galerías españolas en el programa general de dicha edición –es decir, las más importantes del país–, el 92 % continúa actualmente su actividad.
Cierto es que estabilidad no implica bonanza, pero el goteo incesante de galerías internacionales abriendo sedes en España confirma el atractivo del mercado: son los casos, en los últimos cinco años y entre otros, de la alemana carlier | gebauer, la suiza Hauser & Wirth, la francesa Opera Gallery y la portuguesa Pedro Cera, todas ellas asentadas en el panorama internacional.
Crecimiento del tejido artístico contemporáneo
El aterrizaje de galerías internacionales en España forma parte de un proceso más amplio que involucra a otro tipo de agentes. Tomando a Madrid como ejemplo, el tejido artístico de la ciudad se ha expandido en los últimos quince años con la aparición de colecciones vinculadas a fundaciones y empresas, más allá de las ya tradicionales de las grandes compañías del país, cuyas adquisiciones de obras suponen un impulso decisivo al mercado.
La lista es larga, pero destacan por su actividad las llegadas a la capital y alrededores de la Colección SOLO (2014), la Fundación Sandretto Re Rebaudengo (2017), la Fundación María Cristina Masaveu Peterson (2019) o Collegium (2023), entre muchas otras.
El impulso al sistema operado por los proyectos anteriores se complementa además con la aparición de otros agentes. Es el caso en Madrid de toda una red de organizaciones sin ánimo de lucro como las treinta que se aglutinan en la Plataforma de Espacios Independientes de Creación Contemporánea y que se dedican a las artes visuales desde diferentes enfoques.
Y, claro está, no podemos olvidarnos de Carabanchel. En la última década el barrio madrileño ha crecido en lo artístico con el asentamiento de estudios colectivos de artistas de prestigio como Nave Oporto y MALA FAMA estudios. También, cómo no, con una oleada de apertura de galerías contemporáneas a partir del impulso pionero de la joven Sabrina Amrani en 2019.
Latinoamérica: destino Madrid
Por último, la entrada de capital latinoamericano en Madrid en los últimos años es uno de los principales impulsos al mercado del arte en España. Es, además, un fenómeno en alza, con una inversión que ha crecido un 99 % entre 2010 y 2022 según datos del informe Global Latam 2022. El asunto es particularmente relevante en la región de Madrid, la cual recibe aproximadamente tres cuartas partes de este capital, tal y como expone el recién publicado informe CEAPI sobre multinacionales iberoamericanas.
Son precisamente este tipo de datos los que han conducido a la ya manida comparación de Madrid con Miami, realizada desde medios como The New York Times, así como de otros especializados en arte como The Art Newspaper.
La realidad es que el vínculo del mercado del arte español con el continente latinoamericano es vital para su salud. El capital, además, llega tanto en forma de coleccionistas como de galerías que, si bien tienen sus orígenes en Latinoamérica, se encuentran ya asentadas en el país. Entre estas se encuentran Fernando Pradilla, Travesía Cuatro, Cerquone y El Apartamento, por citar tan solo algunas de las más relevantes.
Pero es precisamente la feria ARCO Madrid el agente que en mayor medida cuida sus relaciones con Latinoamérica. No en vano, en todas ocasiones en las que la feria ha organizado una sección geográfica en los últimos años la ha dedicado a la región, con más o menos concreción: Colombia (2015), Argentina (2017), Perú (2019), Chile –que finalmente tuvo que declinar la invitación por la situación de tensión política del país en aquel año– (2021), Latinoamérica (2023) y Caribe (2024).
Conclusiones
El 1 % que España representa en el mercado global del arte no es otra cosa que la suma de los esfuerzos de todos los agentes y sectores mencionados. Un entramado que cada año se reúne en Madrid en torno a las cinco ferias de arte contemporáneo que se celebran durante la Semana del Arte y que en 2024 siguen sumando ediciones: ARCO Madrid (43), Art Madrid (19), JustMad (15), Hybrid (8) y UVNT (8).
El futuro dependerá tanto de la evolución de este sistema como de la llegada de nuevos agentes dinamizadores. Además de las amenazas que suponen mercados emergentes como el japonés o el coreano, hoy en día casi a la par del español.
También, de puertas para dentro, de ciertas debilidades estructurales como la raquítica educación en el gusto estético de las nuevas generaciones y su escaso poder adquisitivo, la ausencia de una tradición coleccionista en el país o las ciertamente mejorables condiciones que rodean la compra de arte o el apoyo a sus agentes.
De momento, en 2024, España sigue conservando un más que digno séptimo puesto en el mercado del arte mundial: ni tan mal.
José Luis Guijarro Alonso, Doctor en Historia de Arte, comisario independiente. Director del Máster en Mercado del Arte, Universidad Nebrija
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.