España ha alcanzado la segunda posición en el ranking de adopción de criptomonedas en Europa, según el Chainalysis Global Crypto Adoption Index.
El país se sitúa solo por detrás del Reino Unido, superando a otras potencias económicas del continente como Francia, Alemania, Italia y los Países Bajos.
Este notable avance refleja el creciente interés y confianza de los españoles en los criptoactivos, tanto para transacciones cotidianas como para inversiones a largo plazo.
Diversos factores han impulsado este fenómeno, como la creciente disponibilidad de plataformas de intercambio, el aumento en la cantidad de cajeros automáticos de criptomonedas (con más de 225 instalados en el país) y el interés por encontrar alternativas a las inversiones tradicionales.
Además, el reciente desarrollo de un marco regulatorio en la Unión Europea ha contribuido significativamente a crear un entorno favorable para la adopción de criptomonedas en España.
En junio de 2023, la UE aprobó el Reglamento sobre Mercados de Criptoactivos (MiCA), que busca establecer reglas homogéneas en todo el continente.
En España, la implementación de este reglamento ha incentivado la innovación en sectores clave como los contratos inteligentes, los NFTs (tokens no fungibles) y las DeFi (finanzas descentralizadas), consolidando al país como un hub de innovación cripto.
El sector empresarial también ha experimentado un auge, con un incremento del 56% en el registro de empresas cripto en 2023. Compañías como Bit2Me y Criptan han liderado este crecimiento, ofreciendo soluciones innovadoras que han facilitado la adopción masiva de criptoactivos en España.
Además, el informe señala que un 50% de los españoles utiliza criptomonedas para realizar pagos, superando incluso a las transferencias bancarias.
El futuro de las criptomonedas en España luce prometedor, con proyecciones que estiman que el mercado podría alcanzar los 1.190 millones de dólares para 2027.
Un 60,7% de los españoles planea conservar sus criptoactivos a largo plazo, demostrando la confianza en esta tecnología y en su capacidad para diversificar las inversiones.
EFE
