El estadio Centenario es conocido como el Jardín de América. Y en su gramado se empezaron a regar desde este domingo las semillas del fútbol colombiano juvenil que germinarán en futuros cracks.
La pelota rodó con dos encuentros en los Juegos Nacionales Juveniles en la capital quindiana y en el inaugural entre Atlántico y Santander, que terminó con triunfo categórico del primero (3-0), la figura del 9 vencedor sobresalió por su dinámica en el último cuarto de cancha y porque en cada celebración, su mirada siempre se dirigió hacia la tribuna.
Manuel Alejandro Rojano Cogollo festejó la victoria, pero se hizo muy especial cuando fue hasta la grada a abrazar a su padre. “Sabíamos que no era nada fácil, pero para eso el equipo se preparó y creo que estamos muy bien adaptados para salir adelante”, destacó el atacante, mientras abrazaba a su progenitor.
Desde los tres años patea balones. Comenzó en los Dragones, club del colegio Sagrado Corazón. Su evolución ha sido tal, que de Escuela Barranquillera, la siguiente escala en el proceso, saltara ya al Junior de Barranquilla, en sus equipos de iniciación.
“Es un orgullo muy grande como papá ver cada paso hacia adelante que da y sus convocatorias a selecciones nivel regional, departamental y ahora en estos Juegos Nacionales Juveniles. Disfruto mucho todo esto paso a paso”, asegura con emoción desbordada el padre, del mismo nombre.
Por eso ambos quisieron dejarle un mensaje a las próximas generaciones y en especial a los familiares que viven de cerca o lejos las justas: “Que no se guarden nada, que no tengan miedo de demostrar su talento y que no dejen de esforzase para lograr sus objetivos”, dijo Manuel Alejandro, mientras el progenitor sentenció: “Debemos apoyarlos al máximo porque así estamos quitando a un joven de la calle, las drogas y otras situaciones que los ponen en riesgo”.
El ‘Atlántico, tu papá’, el grito familiar de Manuel Rojano en el fútbol de los Juegos Nacionales Juveniles
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