
En Risaralda, los jóvenes comienzan a cambiar la historia del agro, quedándose en el campo, heredando la tradición de sus padres y apostándole a la innovación con el respaldo de la Gobernación.
Pereira, Risaralda, 16 de septiembre de 2025.
El futuro del campo risaraldense tiene rostro joven. En medio de vastos pastos, animales y cafetales, una nueva generación está tomando la decisión de quedarse en la tierra, de seguir la huella de sus padres y abuelos y de demostrar que el agro no es un pasado que se desvanece, sino un presente que se renueva.

Así lo vive Samuel Ángel Montoya, un joven de 17 años oriundo del municipio de Balboa, que ha convertido la finca de su familia en un proyecto ganadero con énfasis en la producción de leche.
Mientras muchos de sus compañeros optan por migrar a la ciudad, él ha decidido quedarse en el campo:
“Desde muy pequeño he decidido quedarme porque del campo se vive, se construyen sueños y hay pasión por lo que se hace. Gracias a estos espacios de formación que nos brinda la Gobernación de Risaralda, a través de la secretaría de Desarrollo Agropecuario, aprendemos, nos capacitamos y crecemos como nuevos líderes del agro. El campo no se abandona, se transforma”, aseguró, convencido de que su vocación está ligada a la tierra.

Samuel tiene como proyecto a corto plazo estudiar administración de empresas agropecuarias para combinar la experiencia de la finca con conocimientos académicos que le permitan fortalecer la tradición familiar. Su propósito no es solo mantener viva la herencia, sino también aportar al crecimiento económico y social de su municipio y del departamento.
Desde la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, la médica veterinaria y zootecnista Isabella Marín explicó la importancia de este proceso de empalme:
“En la ganadería estamos en un momento clave, que es el empalme generacional. Nuestro compromiso es tender un puente entre los productores de mayor experiencia, rescatando sus saberes, mientras impulsamos a los jóvenes con nuevas herramientas y tecnologías para garantizar que tradición e innovación caminen juntas”.

Este empalme generacional no solo representa la continuidad de la actividad agropecuaria, sino también la certeza de que Risaralda cuenta con jóvenes dispuestos a liderar el campo con conocimiento, amor por la tierra y visión de futuro. Con su ejemplo, Samuel y muchos otros jóvenes demuestran que el campo es vida, identidad y desarrollo para todo el departamento.
Fotos: Prensa Gobernación de Risaralda















