El nostálgico retiro de dos donantes del Banco de Sangre del San Jorge

En el marco de la conmemoración del Día Mundial del Donante de Sangre, el Hospital San Jorge de Pereira hizo un especial reconocimiento a quienes en forma voluntaria y periódica aportan su sangre para contribuir a salvar la vida de quienes más lo necesitan.

Pereira, 17 de junio de 2025.

Son varias las cosas que tienen en común Fernell Ocampo Posada y César Augusto Rodríguez. Pero quizás la coincidencia más importante es que son los más antiguos donantes del Banco de Sangre “Aleyda Mejía de Ángel”, del Hospital Universitario San Jorge de Pereira.

Y la otra coincidencia, es que ambos se ‘jubilarán’ este año como donantes, al llegar a la edad límite que establece la Organización Mundial de la Salud, aunque su voluntad es contribuir a salvar muchas vidas mediante este acto de bondad y solidaridad humana.

A Fernell y a César Augusto, así como a otros donantes voluntarios y a las empresas e instituciones que apoyan las campañas de donación, el Banco de Sangre del San Jorge les hizo un reconocimiento especial durante la conmemoración del Día Mundial del Donante de Sangre, en ceremonia en la cual se hizo un llamado a que más personas se sumen a esta causa.

La directora del Banco de Sangre, Sandra González, indicó que cada mes se recibe un promedio de 600 donantes, de los cuales el 70% son voluntarios y el restante 30% personas que aportan su sangre para contribuir a la recuperación de un paciente o de un amigo.

LA HISTORIA DE FERNELL

Fernell Ocampo Posada recuerda exactamente la fecha en que empezó a hacerlo: el 16 de noviembre de 1985 para salvar la vida de un familiar. Y desde entonces continúo entregando su sangre en forma periódica, incluso durante los tres años que estuvo viviendo en Ecuador. “Uno debe tener la vocación humanitaria de ayudarle a la gente; hay que ser solidarios porque nadie está exento de sufrir un accidente, una enfermedad, un atentado o algo. Uno sale de la casa y no sabe cómo regresa”, asegura Fernell.

Y de paso, recuerda que con este acto no solo se generan beneficios para quien recibe la sangre, sino para quien la ofrece, como ha sido sus caso a lo largo de estos 40 años.

Fernell no sabe a ciencia cierta cuántas veces ha donado, pero sabe que por disposiciones de la Organización Mundial de la Salud este año será la última vez, posiblemente a finales de agosto o principios de septiembre, justo antes de cumplir 65 años.

LA HISTORIA DE CÉSAR AUGUSTO

Para César Augusto Rodríguez, la motivación como aportante fue distinta. “Yo recibí donación de sangre cuando tenía 9 años y sufría de púrpura, lo cual demandó una transfusión seguida y compleja. Por eso entendí que la donación voluntaria para poder ayudar a otros también salva vidas, así que al cumplir la mayoría de edad empecé a hacerlo”.

Sin embargo, después de algún tiempo, César Augusto decidió cambiar su ejercicio solidario. “Me volví donante de plaquetas por aféresis, a través de lo cual podría salvar muchas más vidas porque es mayor la cantidad de personas que las reciben”, anota.

Por ello siente mucha nostalgia al saber que en agosto, cuando cumpla los 65 años, deberá cesar en su labor de donante, aunque siente que su estado de salud es muy bueno y que su cuerpo recupera en forma rápida las plaquetas.

“Se termina mi época de donante, pero como quiero seguir ayudando, estoy motivando a otras personas a que donen sangre, lo he intentado, hay mucho desconocimiento de la gente del porqué se debe hacer, y hay temor a los hospitales y a las agujas, pero creo que podría seguir haciendo labor en eso”, precisa César Augusto.

Al agradecer tanto a los donantes voluntarios como a las empresas y entidades que apoyan este tipo de campañas, el gerente del Hospital San Jorge, Javier Alejandro Gaviria, invitó a muchas más personas a sumarse a esta causa.

Recordó que el hospital es y seguirá siendo de todos y expresó su agradecimiento a los que han contribuido a su consolidación como la primera institución de salud pública de la región.

“Gracias por ser héroes anónimos, por estar dispuestos a dar una parte de ustedes mismos sin esperar nada a cambio. Su acto de donar sangre es un recordatorio poderoso de la bondad inherente que existe en la humanidad y de nuestra capacidad para cuidar y apoyarnos mutuamente”, señaló.

Fotos: Prensa Gobernación de Risaralda



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