FOTO de Calixto N. Llanes
En una reciente entrevista, el Papa Francisco ha instado a Ucrania a buscar una solución negociada con Rusia, desencadenando una serie de respuestas y reacciones en ambos países.
La Embajada de Ucrania ante el Vaticano respondió enfáticamente, señalando lecciones históricas y rechazando la idea de negociar con «el Dragón», en referencia a Rusia. El Ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, reiteró el compromiso de su país con su bandera amarilla y azul, mientras instaba al Vaticano a evitar los errores del pasado y apoyar la causa ucraniana. Sin embargo, las palabras del Papa fueron malinterpretadas por algunos como una llamada a la rendición, generando críticas y tensiones diplomáticas. El Vaticano aclaró que el llamado del Papa a la «bandera blanca» se refería a un cese de hostilidades mediante la negociación. A pesar de las tensiones, persiste la esperanza de una visita papal a Ucrania para mostrar solidaridad con el país en conflicto. Este episodio destaca los desafíos y complejidades de la diplomacia en tiempos de guerra, así como la importancia del diálogo en la búsqueda de la paz.