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La intersección entre el arte pictórico y la moda alcanza su máxima expresión en la obra del célebre pintor estadounidense John Singer Sargent, cuya genialidad se manifiesta no solo en la captura de los rasgos físicos de sus modelos, sino también en la meticulosa representación de sus vestimentas.
La reciente exposición “Sargent y la Moda” en la prestigiosa Tate Britain de Londres ha revelado esta fascinante faceta del artista, presentando una selección de cincuenta de sus obras maestras junto a los vestidos que las inspiraron.
Sargent, con su aguda sensibilidad, no solo retrataba a la élite de su época, sino que también se sumergía en el mundo del vestuario, comprendiendo la importancia del atuendo como una expresión de la identidad y la posición social de sus modelos. En sus lienzos, podemos vislumbrar el esplendor de la alta costura parisina, confeccionada por renombradas casas como Doucet, Paquin y Worth, que proporcionaban a la aristocracia y a los nuevos ricos los medios para exhibir su estatus a través de elaborados diseños y exquisitas telas.
La exposición arroja luz sobre el meticuloso proceso de investigación y creación de Sargent, quien no solo se limitaba a plasmar la apariencia externa de sus sujetos, sino que también se sumergía en la psicología de la moda, comprendiendo cómo esta funcionaba como una “armadura social”, tal como lo describió magistralmente Edith Wharton, testigo privilegiada de la alta sociedad de la época.
Al adentrarnos en la obra de Sargent, nos sumergimos en un retrato colectivo de París y Londres de finales del siglo XIX y principios del XX, donde la moda no solo era un mero adorno, sino un lenguaje silencioso que revelaba los matices más profundos de la sociedad de su tiempo. La exposición en la Tate Britain, con su cuidadosa selección de obras y vestimentas, nos invita a reflexionar sobre la intrincada relación entre el arte, la moda y la identidad social en una era de exuberancia y cambio.