Una botella de licor adulterada es aquella que no cumple con los estándares de salubridad y calidad para su consumo, es decir, el líquido presenta suciedad (como partículas en suspensión), el alcohol que contiene no es apto para el consumo humano y la botella no está en buenas condiciones: se ve sucia y tallada, y los elementos gráficos desgastados.
“Las botellas adulteradas que se comercializan en los establecimientos de comercio llegan allí a través de personas que las ofrecen a un menor precio, e inclusive, les permiten pagar a cuotas o en un tiempo determinado. Y eso hace caer en la ‘trampa’ a los comerciantes, y lo que se ahorran luego se les refleja en sanciones económicas y legales muy altas cuando los descubrimos vendiendo ese tipo de licor”, dijo Luz Andrea Henao Torres, directora de Fiscalización de Risaralda.
El Estatuto Tributario de Risaralda autoriza al Grupo Operativo Anticontrabando de Risaralda – GOAR la aplicación de las diferentes sanciones por este delito, entre ellas:
- El cierre temporal del establecimiento.
- Aprehensión de la mercancía adulterada.
- Una denuncia ante la Fiscalía General de la Nación.
- El cobro de una sanción que alcanza las 15 veces el impuesto dejado de pagar.
“Desde la Gobernación de Risaralda estamos invitando a todos los propietarios de los establecimientos de comercio a vender licor legal, porque así sea una media de aguardiente o ron u otro licor que se encuentre en el establecimiento y esté adulterado, lo hará merecedor a las medias que están estipuladas en el Estatuto Tributario”, comentó la directora de Fiscalización, Luz Andrea Henao Torres.