Intervención del Canciller Luis Gilberto Murillo en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU

A continuación las palabras del Canciller Luis Gilberto Murillo en la ONU:

Colombia trabaja y propone de manera decidida a la paz y no a la guerra. Por eso, del 21 de octubre al 1 de noviembre de este año vamos a hacer la décimo sexta Conferencia de las Partes del Convenio sobre Biodiversidad, la COP16 en Cali, Colombia.

Les invitamos. Y el lema de esta conferencia es: “Paz con la Naturaleza, un llamado por la vida”.

Hace tres meses, en este mismo recinto, tuvimos la oportunidad de evidenciar el significado de la reconciliación y el resultado de caminar juntos hacia un mismo propósito. 

Gracias a todos los esfuerzos conjuntos y como muestra de la importancia de la bilateralidad de Acuerdo de Paz histórico de 2016, por primera vez, el pasado 11 de julio, contamos con la participación de las dos Altas Partes Contratantes, tanto en la inauguración formal del monumento Kusukawsay, como en la sesión trimestral de este Honorable Consejo.

Hoy, con el mismo propósito, quiero resaltar la presencia del Ministro del Interior de Colombia, Juan Fernando Cristo y del Consejero Comisionado de Paz, Otty Patiño, con quienes compartimos el reto de cumplir con los compromisos asumidos ante este Consejo. 


El Ministro Cristo lidera la implementación rápida y temprana del Acuerdo de Paz, y el Consejero Comisionado Otty Patiño lidera las negociaciones. Esa es una muestra más del compromiso político pero también operativo y práctico del cumplimiento y la implementación rápida del acuerdo. 

A su vez, me permito subrayar la participación del representante del Partido Comunes, Diego Tovar. Su asistencia y participación es una muestra de la importancia del compromiso con la paz y reconciliación.

Excelencias, 

Me permito hacer referencia a la sesión del 11 de julio, no solo por su significado, sino por los compromisos que el Presidente de la República de Colombia, asumió ante ustedes, ante la comunidad internacional y, especialmente, ante la sociedad colombiana. 

Como ustedes saben, el Gobierno Nacional ha realizado un análisis transversal y estructural de los desafíos encontrados en la implementación del Acuerdo de Paz de 2016, así como las iniciativas que no han podido avanzar a pesar de la voluntad de cumplimiento. Además de la voluntad de cumplimiento.

Fruto de este ejercicio, se identificaron obstáculos como la deficiente estructura y falta de capacidades institucionales para la implementación, la insuficiencia en los recursos asignados, que lo mencionaba el señor representante especial del secretario general; la persistencia de la violencia en territorios históricamente afectados por el conflicto, entre otros desafíos.

No obstante, con el firme compromiso de cumplir lo pactado y territorializar la paz, hemos desarrollado un nuevo marco estratégico para la paz, en donde el cumplimiento efectivo e integral del Acuerdo de 2016 se convierte en un requisito ineludible para la sostenibilidad de las propuestas estratégicas alrededor de la transformación territorial.

Transformación territorial en zonas que aquí han sido mencionadas por los miembros y las integrantes del consejo: El Chocó, Quibdó, el Pacífico, Buenaventura, Tumaco, el sur de Bolívar, la Sierra Nevada de Santa Marta con sus pueblos indígenas y otras zonas del país en el sur, en Putumayo, donde se requiere los territorios donde se requiere esta transformación territorial, lo que nosotros llamamos los territorios PDETs.

Esto se ha traducido en la elaboración de un plan de impulso para aceleración de la implementación del Acuerdo de Paz de 2016 que se fundamenta en seis (6) ejes principales que es liderado por el Ministro Cristo, y que, con su anuencia, me permitiré enunciar:

1.     Implementar rápidamente el esquema de transformación territorial basada en los PDET.

2.     Acelerar el acceso a tierras y la implementación de los Planes Nacionales de la Reforma Rural Integral.

3.    Fortalecer el enfoque de seguridad. Muy importante la seguridad humana, precisamente enfocada en la protección de las víctimas, de la población civil, para evitar las amenazas y proteger a signatarios, a los firmantes del acuerdo, a los defensores de derechos humanos, a las mujeres, niñas y niños afectados por el conflicto y que muchas veces son reclutados. Este componente de la seguridad es sumamente importante.

4.    Impulsar la agenda legislativa para remover los obstáculos estructurales que impiden la efectiva y completa implementación del acuerdo de Paz

5.     Y Avanzar en el Acuerdo Nacional para la implementación de este histórico acuerdo porque se requiere de un compromiso de toda la sociedad colombiana para su implementación.

Y sexto, fortalecer la Institucionalidad y Gobernanza para la Paz en Colombia. 

Asimismo, con la firme convicción que tenemos, también hemos avanzado de manera decidida en la implementación del Acuerdo de Paz con las herramientas que tenemos.

Sra. Pdta., sres y sras integrantes del Consejo de Seguridad: es muy importante señalar que el Acuerdo de paz de 2016 reconoce el impacto diferencial del conflicto armado en las mujeres y niñas, especialmente indígenas, afrodescendientes y campesinas, y por eso se ha incluido un enfoque transversal de género que garantice la protección de las mujeres y niñas en el conflicto.

La experiencia de Colombia con la construcción de paz resalta un hecho empírico irrefutable: la participación de las mujeres en la negociación y la construcción de la paz no solo es cuestión de justicia, sino que es decisiva para garantizar acuerdos más robustos y que sean más duraderos.

Por ello, el Gobierno Colombiano ha formulado y se encuentra implementando una política exterior feminista vinculada con los preceptos de la agenda de Mujeres, Paz y Seguridad (Incluida en la Resolución 1325). 
 
El próximo 9 de noviembre lanzaremos el Plan de Acción Nacional de Mujeres, Paz y Seguridad y responde a la inquietud planteada por Beatriz en términos de garantizar la protección de las mujeres en las zonas de conflicto, principalmente en el departamento del Chocó. 

Hemos avanzado en la formalización de más de 3millones hectáreas de pequeña y mediana propiedad rural, que benefician a más de 70mil familias campesinas y más de 52mil familias étnicas, afrodescendientes e indígenas. 

El 13 de septiembre de este año, se firmó el Decreto que reglamenta las Zonas de Reserva Campesina, que es muy importante para las zonas rurales; se reglamentó también el Programa de Reincorporación Integral (PRI) y desde el 10 de septiembre, se han reportado 723 actas de compromiso por parte de los firmantes para su ingreso al programa.

Se ha fortalecido el funcionamiento de las Instancias del Acuerdo. Como muestra de nuestro compromiso, durante este trimestre sesionó la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo Final; también la Instancia de Alto Nivel del Sistema Integral de Seguridad para el Ejercicio de la Política – SISEP; y la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad.

Quiero enfatizar el estado de la implementación del Capítulo Étnico del Acuerdo de Paz que ha sido tocado aquí varias veces. Hemos encontrado y reconocemos que este componente del Acuerdo es el más rezagado en su cumplimiento. Es por esto, que el Plan de Impulso a la Aceleración de la Implementación prioriza la creación de pactos territoriales con las comunidades más afectadas por el conflicto, particularmente indígenas, afrodescendientes y campesinos.

El Ministro Juan Fernando Cristo y el Consejero Comisionado de Paz, Otty Patiño, precisamente han recorrido todas estas zonas y acabaron de estar en Buenaventura y Quibdó, en zonas afectadas por el conflicto firmando e implementando estos pactos para la implementación. Esto nos permitirá avanzar rápidamente y cumplir con las expectativas de estas comunidades.

El propósito de paz en Colombia implica reconocer nuestros avances y al mismo tiempo, como un acto de corresponsabilidad con las víctimas, reconocer los obstáculos a los que nos enfrentamos.

Hoy, a mitad de nuestro Gobierno, estamos convencidos de que la única salida es cumplir con lo pactado y transformar la realidad de las colombianas y los colombianos, especialmente en aquellos territorios históricamente excluidos. 

Colombia se encuentra en un momento decisivo para la implementación de la política de Paz Total y en especial, del Acuerdo de Paz de 2016 que constituye la base de la construcción de paz en el país.

Por ejemplo, a pesar de las dificultades en el proceso de negociación entre el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional, y aquí se ha mencionado también varias veces, somos optimistas de que podremos superar la crisis que atraviesa el proceso en este momento y continuar avanzando hacia a una negociación efectiva y hacia un acuerdo que beneficie a Colombia, eso requiere de gestos sólidos de paz de parte del ELN

Estos avances se plasman en haber finiquitado e implementado el primer punto de los seis puntos contemplados en la agenda. Ese es un hecho inédito, nunca se había llegado a un acuerdo con el ELN. También se ha expresado en un cese al fuego que redujo de manera significativa la violencia en algunas regiones, como lo dijo el representante especial del Secretario General. 

Para este Gobierno, el Gobierno del Pueblo, es fundamental cumplirle a las víctimas, a los firmantes y al pueblo colombiano. 

Nuestra responsabilidad es transformar los territorios, no solo como un acto de reparación, sino como un paso para lograr un futuro en paz.

Nuestra meta es renovar la confianza del pueblo colombiano con la Paz, para que esta no sea eso que decimos: un simple anhelo sino una gran realidad. 

Hoy Colombia ratifica su voluntad de cumplimiento ante la comunidad internacional, expresada en la Declaración Unilateral de Estado depositada aquí, ante la Organización de Naciones Unidas; y sigue firmemente comprometida con la implementación del Acuerdo Final de 2016 y la política de Paz Total.

Como país entendemos que el camino hacia la paz no puede ser recorrido en solitario, por eso valoramos profundamente el apoyo unánime de la comunidad internacional, especialmente del Consejo de Seguridad con este propósito. 

Por ello, reitero el valioso apoyo que la Misión de Verificación de Naciones Unidas y es un apoyo que ha brindado y sigue brindando a este proceso y nuestra esperanza de que su mandato sea extendido hasta el 31 de octubre del próximo año. El papel de esta misión de verificación es fundamental y su extensión es un requisito sine qua non para seguir avanzando.

Tenemos la firme convicción de que este Gobierno no solo sentará las bases sólidas, sino que edificará el cumplimiento del Acuerdo de Paz de 2016 y para esto esperamos seguir contando con su apoyo unánime.

Muchas gracias.

(M.R.E)



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