El mercado hipotecario en América Latina se proyecta con un crecimiento anual del 3 % hacia 2025, impulsado por la disminución de tasas de interés y la estabilización en los precios del mercado inmobiliario.
La recuperación ya comenzó este 2024, especialmente en países como Argentina, Colombia, Panamá y México, con una dinámica favorable en la compra de inmuebles.
Según Cybel Magaña, directora Comercial Nacional de SOC, la recuperación del sector hipotecario en México ha sido notable, con una expansión del 2.4 % en el primer semestre de 2024 y un pronóstico de cierre de año con un crecimiento de hasta 5 %. Este impulso está relacionado con la madurez del mercado mexicano y la oferta diversificada de productos financieros.
El crédito hipotecario en la región representa entre el 5 % y el 10 % del PIB de cada país, con Argentina en un nivel bajo del 0.2 % y Chile liderando con el 30 %.
La construcción también juega un rol clave en este crecimiento, aunque con disparidades: Costa Rica creció 16.5 % en este sector, mientras que Brasil experimentó una reducción del 1.6 % en el último año.
Factores de impulso y problemáticas del sector
Miguel Saucedo, de Saucedo Abogados, habló sobre el crecimiento de la demanda de inmuebles en zonas turísticas, particularmente por jóvenes y pensionados de Estados Unidos y Canadá, lo que ha contribuido al dinamismo del mercado.
Además, la baja en las tasas de interés ha hecho el financiamiento más accesible, beneficiando a los ciudadanos de la región.
Panamá destaca con una cartera hipotecaria “muy sana”, con una morosidad del 4 %, según datos de la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP). Sin embargo, la falta de inclusión financiera sigue siendo un reto, ya que el 41 % de los adultos en América Latina no tienen acceso a cuentas bancarias, según el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
Países como Nicaragua, Honduras, Guatemala y Paraguay presentan bajos niveles de penetración bancaria, con menos del 20 % de la población accediendo a crédito. En contraste, Chile y Brasil tienen una penetración superior al 70 %, mientras que Uruguay alcanza el 65 %.
A pesar de las desigualdades, la demanda de nuevas viviendas mantiene al mercado hipotecario en una senda de crecimiento estable.
EFE