Foto:Mustafa Yalcin – Agencia Anadolu
La reciente decisión de Estados Unidos de abstenerse en una votación crucial en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha sacudido los cimientos de la histórica alianza entre la Casa Blanca e Israel.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, no tardó en expresar su descontento, condenando la abstención estadounidense y acusando a su aliado más importante de perjudicar los esfuerzos bélicos en la región.
La votación en cuestión resultó en la aprobación de la primera resolución del Consejo de Seguridad a favor de un alto el fuego en Gaza, una medida que Netanyahu considera contraproducente para los intentos de liberar a los rehenes capturados por Hamás el año pasado. Sus palabras, dirigidas directamente a Washington, reflejan una profunda brecha en la percepción de cómo abordar el conflicto en la región.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su administración podrían interpretar estas críticas como un despliegue de ingratitud por parte de Netanyahu. Biden, conocido por su estrecho vínculo con Israel y su apoyo inquebrantable al pueblo israelí, ha proporcionado asistencia militar y diplomática desde el inicio del conflicto. Sin embargo, sus esfuerzos están enmarcados en un llamado a que Israel actúe «de la manera correcta», buscando la libertad de los rehenes y la desarticulación de Hamás como una fuerza militar, pero haciendo hincapié en la moderación y la diplomacia.
Las tensiones entre ambas partes se intensificaron aún más durante las primeras semanas del conflicto, cuando Biden advirtió a Israel contra la ceguera provocada por la ira, recordando los errores cometidos por Estados Unidos despues de los ataques del 11 de septiembre del 2001. A pesar de ello, el presidente estadounidense ha mostrado su solidaridad con Israel, visitando el país para consolar a las familias afectadas por los ataques de Hamás y demostrando un apoyo personal a Netanyahu, a pesar de las dificultades en su relación.
En última instancia, la inédita abstención de Estados Unidos en la ONU sobre Gaza ha puesto de manifiesto las tensiones latentes en la relación entre la Casa Blanca e Israel, planteando interrogantes sobre el futuro de esta profunda alianza en medio de un conflicto cada vez más complejo en Oriente Medio.