
17 de junio de 2025.
El día de hoy, durante la 10 sesión especial de emergencia de la Asamblea General de la ONU, Colombia condenó la crítica situación generada por Israel en Palestina, como consecuencia de la mayor campaña de hambre y exterminio de la historia reciente.
A 20 meses del inclemente cerco militar israelí sobre la Franja de Gaza, más de 54.000 personas han sido asesinadas, la mayoría de ellas mujeres, niños, más de 14.000 están desaparecidas o se presumen muertas y más de 125.000 han sido lesionadas gravemente. Así mismo, más de 210 periodistas han sido asesinados por ejercer su profesión y el personal médico y humanitario está en la mira constante de las fuerzas israelíes, que han disparado reiteradamente contra convoyes e instalaciones humanitarias.
La Franja de Gaza se encuentra hoy militarizada, y el portavoz de la ONU anunció que el servicio de internet en la Franja fue interrumpido y sus habitantes incomunicados. Es en este contexto de profunda necesidad que Israel, además, ha bloqueó el ingreso de toda ayuda humanitaria a Gaza, cometiendo efectivamente el crimen de utilizar el hambre como arma de guerra. El esquema unilateral de distribución de alimentos implementado por Israel en días recientes ha convertido la asistencia humanitaria en una trampa mortal: más de 250 personas han sido asesinadas en puntos de ayuda, una nueva línea roja que Israel ha cruzado con total impunidad.
Para Colombia es imposible guardar silencio ante el nivel de crueldad y barbarie. Nuestro gobierno considera inaceptable que la ONU, que fue creada precisamente para proteger a la humanidad del flagelo de la guerra, no logre un consenso para actuar. Y más aún, que el Consejo de Seguridad, que tiene la responsabilidad primaria de mantener la paz y la seguridad internacionales avale con su silencio la comisión de un genocidio.
En ese sentido, Colombia lamenta profundamente que la resolución presentada por los 10 miembros elegidos del Consejo de Seguridad el pasado 4 de junio —que reiteraba el llamado al cese al fuego, a la liberación inmediata de todos los rehenes, y el ingreso de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza— una vez más, fuera bloqueada por el veto de un miembro permanente. No existe justificación para oponerse a un llamado de asistencia humanitaria para 2.1 millones de personas que hoy enfrentan una fase crítica de inseguridad alimentaria.
La incapacidad para actuar del Consejo de Seguridad frente a la mayor tragedia humanitaria de este siglo envía un mensaje preocupante por cuanto avala la impunidad israelí y fomenta los dobles estándares, erosionando las bases del sistema multilateral.
El presidente de Colombia ha sido enfático: Colombia no será cómplice de ningún genocidio, ni de la comisión de crímenes de guerra, ni del afianzamiento de un régimen de apartheid. En ese sentido, es esperanzador ver que la gran mayoría de Estados miembros de la ONU han asumido la misma posición. Para el mundo, este momento representa un estrepitoso fracaso moral.
El Gobierno colombiano considera que la Asamblea General debe dar pronta respuesta a la gravísima situación en Gaza y los territorios palestinos ocupados, que no da espera. Es nuestro deber histórico, moral y legal, a la luz de la Carta de las Naciones Unidas, reconocer que no habrá paz y seguridad mientras no cese la ocupación ilegal, y que la implementación de la solución biestatal, basada en el derecho de ambos pueblos a la autodeterminación, es la única vía plausible para resolver este conflicto.
Finalmente, Colombia reiteró su posición de principio en solidaridad con el pueblo palestino y alentó a todos los Estados a sumarse a la reunión ministerial de emergencia del Grupo de La Haya, a celebrarse este 15 y 16 de julio en Bogotá. Allí, los países asistentes trabajarán en medidas diplomáticas coordinadas para responder a las violaciones del derecho internacional por parte de Israel y, en últimas, para detener el genocidio.